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Correo electrónico El gobierno de Biden anunció que las redadas de inmigración pasarán a centrarse en detener a los empleados que explotan a los inmigrantes y dejarán de perseguir a los trabajadores indocumentados.
En los últimos meses, la actual administración se ha esforzado por poner fin a las redadas de inmigración en los lugares de trabajo donde subsisten millones de trabajadores indocumentados. El gobierno ha optado por centrarse en los empleadores que explotan a los migrantes y los someten a condiciones inhumanas bajo amenaza de expulsión.
El nuevo enfoque, que recibió el apoyo de grupos de defensa de los migrantes y fue ampliamente criticado por sectores de la oposición, se comunicó recientemente a través de un memorando oficial publicado por Alejandro Mayorkas, secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Esta medida representa otra desviación clave de las políticas de inmigración de la era Trump. Durante el gobierno anterior, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) llevó a cabo el mayor número de operaciones contra la inmigración en todo el estado mediante una serie de redadas en plantas de procesamiento de alimentos en Misisipi.
Las redadas de inmigración durante la administración Trump fueron habituales, causando miedo en millones de trabajadores indocumentados que vivían en Estados Unidos y distanciándolos aún más de cualquier medio de ayuda respecto a las brutales condiciones que muchos de ellos soportaban.
La nueva política de redadas contra la inmigración desata la polémica entre opositores y aliados
La aplicación de la ley de inmigración en los lugares de trabajo donde se contrata a trabajadores indocumentados siempre ha sido un tema controvertido en el debate sobre la inmigración. En general, los republicanos están de acuerdo con estas medidas represivas como medio para detener tanto a los empresarios como a los trabajadores indocumentados que infringen la ley al trabajar sin permiso en el país.
El Partido Demócrata argumenta que son los trabajadores y no los empresarios quienes se ven afectados de forma desproporcionada por la aplicación de la ley de inmigración. En relación con esta postura, el memorando de Mayorkas apunta a los «empleadores explotadores» y cambia el enfoque de las redadas de inmigración para que no se dirijan contra los trabajadores, que a menudo son explotados y carecen de otros medios para sobrevivir.
«El despliegue masivo en el lugar de trabajo, que a veces se traducía en la detención simultánea de cientos de trabajadores, tradicionalmente no se ha centrado en el aspecto más pernicioso del problema del empleo no autorizado en nuestro país: los empleadores explotadores. Estas operaciones de gran visibilidad malgastaban los recursos de las fuerzas del orden al tiempo que amedrentaban, e incluso servían como instrumento de represalia por la cooperación de los trabajadores en las investigaciones sobre las normas en el lugar de trabajo. »
Lee el memorándum de Mayorkas.
Las medidas y políticas futuras, añade, buscarán tener «consecuencias más severas» para esos trabajadores con el objetivo de reducir la demanda de empleo ilegal, animar a los trabajadores a denunciar la explotación laboral y ampliar la coordinación entre las instituciones del Estado.
«No toleraremos empresas sin escrúpulos que exploten a trabajadores indocumentados, lleven a cabo actividades ilegales o impongan condiciones de trabajo inseguras. Los empresarios implicados en actos ilegales serán el foco donde se aplicarán nuestros recursos «.
escribió Alejandro Mayorkas en su declaración.
La economía estadounidense necesita más que nunca a los trabajadores inmigrantes
La nueva política llega en un momento crítico de escasez de mano de obra en Estados Unidos, acelerada por la pandemia, y da garantías de que los trabajadores indocumentados no corren el riesgo de ser deportados masivamente. Y el nuevo enfoque ayudará a luchar contra la explotación endémica de los trabajadores indocumentados, ya que algunas empresas que dependen de ellos pagan muy por debajo del precio de mercado por los puestos de trabajo, aprovechándose de la precaria situación de los trabajadores inmigrantes e intentando rebajar a sus competidores.
«Reorientar los recursos para contrarrestar a los empresarios explotadores es un paso necesario para proteger el mercado laboral y a los trabajadores estadounidenses».
Dijo el representante Bennie Thompson, y presidente del Comité de Seguridad Nacional.
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